Cada vez que pienso en mandar un mensaje para decir “te extraño”, recuerdo todas las veces que lo hice y no recibí un “yo también”. No es bueno dejar de ser uno mismo, no es bueno callarse los sentimientos, y a decir verdad, siempre me dije a mí misma que no iba a cambiar ni a dejar de decir lo que siento. Pero hasta en eso me equivoqué. No quise cambiar, pero la vida me cambió. Siempre fui kamikaze, siempre fui al frente, siempre me expuse… y sin poder precisar el momento exacto algo en mí cambió. Quizás es madurez, quizás decidí protegerme de las desilusiones que me golpearon durante tanto tiempo y un día dejé de querer darme la cabeza contra la pared. Quizás fueron mis innumerables “te extraño”, “te amo”, “te quiero”, por los que no recibí respuesta… quizás fueron las veces que fui hasta tu puerta y en vez de abrazarme cuando reconocí mis errores y pedí perdón, me miraste con indiferencia. Sí… no existe UN momento, existen VARIOS momentos . Y esos varios son los que a pas
todo tiene razón de ser...