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Mostrando entradas de mayo, 2011

Recordar

Todo se me complica tanto que hay veces en que necesito desconfiar de lo que siento. Necesito decirme basta  a mí misma, ponerme el freno y obligarme a pisar sobre la tierra. Es increíble como puedo olvidarme mil cosas que quizás hice ayer y recordar otras de un tiempo más remoto y lejano pero mucho más patentes en mi mente... No recuerdo que cené ayer, o si cené porque mi vida corre en una marathón a un ritmo tan acelerado que apenas puedo distinguir los días, reconocer el paso del tiempo. Pero sí recuerdo el rincón del baño. Sí recuerdo la almohada mojada por mis lágrimas, angustiada por haber roto el adorno de mamá y haber callado de culpa. Sí recuerdo la insistencia en molestar a aquella pobre santa que hoy no está enredándole la cola, haciéndole colitas a sus orejas. Sí recuerdo las maldades... ese correr desesperado por alcanzar la hamaca del parque del preescolar. Sí , eso sí lo recuerdo.

Click

¿Cómo se puede entender a quien no se entiende a sí mismo? A quien juega el juego de los silencios y de los comentarios sin responsabilizarse de nada?... ¿Por qué será que hay gente a la que le cuesta horrores hacerse cargo de su propia vida?¿Por qué siempre resulta más fácil echar culpas a los costados y no aceptar que nos equivocamos?... Hay que parar. El mundo va a seguir girando, no creas nunca que dejaría de girar sin vos... todo seguirá igual si corrés o parás unos minutos. Sentáte, pensá, mirá, entendé, hablá. Y lo más importante escucháte a vos mismo. ¿Quién querés ser?¿Vas camino a ser esa persona o estas lejos de ella? Es hora de hacer un click, cambiar la mirada y profundizarla.

Aún (Kill me god!)

Creo que jamás entenderé esa actitud de buscar en mí lo que cuando lográs tener, despreciás.   Esas ganas de confundirme nuevamente en el más alto estado en el que vos estás. Sí mi amor, no sabés lo que queres ni lo que necesitas, sos inseguro y tenés miedo de jugarte por lo que querés. Tenés miedo de dejar lo seguro, el nido, miedo del cambio y del posible fracaso, sin darte cuenta de que tu gran y único fracaso es no animarte a progresar y a confiar en lo que pensás. Lamentablemente ni yo ni nadie te puede ayudar ni sacarte del lugar cómodo y seguro en el que estás. Lamentablemente   si no podés confiar en vos mismo y arriesgarte nadie más lo hará…    Por lo que sientí y siento hoy aún, yo podría elegir esperar a que tal vez desvíes la mirada nuevamente hacia mí, como lo hiciste una vez, pero tu inestabilidad me hace huir… No sé como reaccionar, pienso que obrás desde la maldad, desde tu ego, pero a la vez no quiero pensar así. Prefiero sin disipar con vos mis dudas, creer que en med